¿Poder demoníaco?

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España, creadora de desemparados  [Foto d’El País]

Otro año. 2017. Algo debo decir en este principio de año. Pero, ¿qué? Que espero que todo vaya mejor? No soy un iluso. Este 2017 será igual, peor o quizás menos malo. No me refiero a España, con nuestro querido y repugnante Partido Popular. Me refiero al mundo, en general. Hace ya años que llegué a la conclusión de que nuestro hábitat está poseído por el demonio. ¿Es él quien rige todo el planeta? La palabra demonio, como sinónimo de diablo, en griego significa “calumniar”, “falsear” y “mentir”. Perfecto. Justo algunas de las principales características que reinan en el mundo. Los demonios son esencias que están por encima de las fuerzas terrestres.

Demonios no son sólo Lucifer o Satán. Hay demonios en todos los credos y religiones con un objetivo principal: extender la maldad. Asmong, Bucón, Lagasse o Racna llevan un odio terrible al que debe sumarse la vanidad, la lujuria, la avaricia y la falsedad.

Nuestro mundo parece gobernado por el espíritu del mal. Existen demonios con aspecto humano. Son los que destruyen, matan, esclavizan y aniquilan todo lo que se opone a sus intereses. ¡Pobre humanidad! La doble moral se ha instalado en la mayor parte del mundo como algo legítimo. La corrupción, tolerada y encubierta, se ha convertido en un mal menor. La compasión y la piedad han dejado de existir y los gobernandes ya no piensan en el pueblo. Lo siento. Es lo que pienso.

¡Os deseo lo mejor!

Jordi Cervelló

¡Feliz Año!

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¿Qué diría Georg Friedrich Haendel si escuchara una de sus sonatas a la “manera rusa”?
A mi nunca me han gustado los dogmas, si la música llega con calidad, mensaje y emoción. El gran violinista ruso Leonid Kogan interpreta la “Sonata en mi menor” de Haendel como la siente. Y el resultado es excepcional. Una versión sentida, con una calidad de sonido de incomparable belleza. En el mismo recital, le sigue una pieza de Claude Debussy titulada “Beau Soir”. Es extraordinariamente bella, poco conicida y transmitida con emoción.

Es mi felicitación por el Nuevo Año.

Vuestro Jordi Cervelló.