Queridos amigos/as:
Estoy pasando una semana un poco rara. Se acerca el estreno de mi “Natura contra Natura“, una obra que va pareja al pensamiento de Jane Goodall, por quien siento una admiración ilimitada. Es habitual en mi e imagino que también en cualquier compositor sentir una cierta inquietud los días antes de una primera audición. Inquietud que no llega a preocupación, ya que esta nueva partitura la he escrito sabiendo perfectamente lo que hacía. Lo que quería en cada uno de los tres movimientos. Pero la sensación que tengo es, como he dicho, de inquietud, ya que por vez primera oiré la realidad de lo que escrito.
Tener un buen oído interior es básico para una obra de orquesta pero hasta que no llega el momento de la verdad, la partitura que contiene miles y miles de notas, no se hace viva hasta su interpretación.
Tengo un ansia enorme para oirla y comprobar que las tantísimas horas de trabajo han sido bien empleadas. Estaré acompañado por Tchaikowsky y Stravinsky, con dos obras célebres.
La mía es desconocida, pero tengo mucha confianza en mí, y no iré al Auditori con la preocupación de estar programado junto a dos “grandes”. Mi obra será mi obra.
Jordi Cervelló