Aram Katchaturian (1903-1978) fue un gran compositor armenio, uno de los últimos de una gran generación. A Katchaturian se le tiene a veces como más ligero y menos importante que los más consagrados. Pero, sin duda, es un autor indispensable. És el más directo representante de la introducción del folklore armenio en su obra y asimilarlo junto con la música rusa tradicional.
Ingresó en el Conservatorio de Moscú el año 1929, estudiando con Miaskovsky, Vassilenko e Ivanov Radkevitch para la instrumentación. Katchaturian tenía la habilidad de improvisar al piano todo lo que le venia en la mente y en especial la “música del pueblo”, que tanto amaba. Una de las primeras obras que compuso, hoy muy interpretada, fue el Trío para clarinete, violín y piano. En 1937 escribirá y estrenará su Concierto para piano y orquesta, una composición de gran brillantez, que estrenó su dedicatario, el gran pianista Lev Oborine. Luego vino el famosísimo
Concierto para violín y orquesta, dedicado y estrenado por el gran David Oistrakh. Esta obra formidable lo llevó a la fama sin paliativos. Cuando se ejecutó el año 1940 en los Estados Unidos, el éxito fue clamoroso. Este Concierto en el día de hoy es obra indispensable, ya sea en los conservatorios como en los programas de todo violinista. Su lenguaje es tan directo, vivo, fresco y genuino, que el público lo recibe con real entusiasmo. Es, sin duda, el mejor ejemplo de concierto folklórico para violín y orquesta.
De Katchaturian es célebre por ejemplo la famosa Danza del sable, extraída de su ballet Gayaneh, donde sobrepone ritmos caucasianos de gran viveza. Su ballet Spartacus es también una obra cumbre, que escribió en 1954 y que fue representado con grandes honores en el Teatro Bolshoi de Moscú, en abril de 1968. Katchaturian escribió también una Rapsodia-Concierto para piano y orquesta y tres sinfonías de gran calado y personalidad.