Esta violinista fue uno de los primeros casos excepcionales. Nació en Newcastle (Inglaterra) y vivió 72 años. Su padre era arpista de la Orquesta de la Compañía de Opera Carl Rosa, todavía existente. Luego siguió estudiando con Emile Sauret y más tarde con el violinista Otakar Sevcik, que fue su maestro definitivo en Praga.
Cuando Marie Hall comienzaba su actividad concertística le ocurrió un hecho que la destacó: el compositor británico Vaughan Williams le dedica su conocida obra para violín y orquesta The Lark Ascending (La ascención de la alondra). Esta partitura tan emotiva, escrita sobre el texto de George Meredith, es un canto de corte impresionista sobre la naturaleza. Inicia de manera emotiva: “Alondra, veo tu alegría y quiero evocarte” y concluye con un triste “sigo creyendo que el cielo me habla”. Fue compuesta en 1914 y se estrenó en 1921, con Marie Hall de solista, y bajo la dirección de Sir Adrian Boult.
Se presentará en Praga el año 1902, y en 1903 en Viena y Londres. Y tocará en el Carnegie Hall de Nueva York el 8 de novembre de 1905. Seguirá con sus actuaciones con la Avonmouth and Shirehampton Choral Society. O también la que realizó con la British Sumphony Orchestra, dirigida por Sir Adrian Boult, el 14 de junio de 1921.
Marie Hall tocaba con uno de los dos Stradivarius que eran propiedad del violinista G. B. Viotti. Estaba construido el año 1709 y hoy se encuentra en la Real Academia de Música de Londres.
De las varias grabaciones existentes he elegido dos que la definen. El diabólico Moto perpetuo de Ries, obra que ya demuestra un nivel técnico sorprendente y la Jota aragonesa de Pablo Sarasate pieza que toca con especial gracia.