Johanna Martzy (1924-1979)

Esta violinista húngara, nacida en Rumanía, ha sido toda una revelación para mi. Su gran momento lo tuvo entre la década de 1940 y 1950. Era discípula del gran Jeno Hubay en la Academia Franz Liszt de Budapest, donde estuvo hasta 1937. Debutó el año 1943 con el Concierto de Tchaikovsky, dirigido por Mendelberg, y en 1947 ganaría el gran Premio del Concurso de Ginebra. En Amsterdam hizo su debut en 1940, con la Orquesta del Real Concertgebouw. En 1953 tocó por primera vez en Inglaterra. Y en 1957 hizo lo propio en los Estados Unidos, con la Filarmónica de Nueva York.

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Martzy pertenecía a la escuela húngara, con un virtuosismo envolvente a la manera de los violinistas húngaros como Szigeti, Telmány o Tibor Varga, ella pero con una técnica aún superior. Tenía mucho temperamento, sobretodo con el repertorio romántico. Entre sus grabaciones, nos ha dejado especialmente una insustituible: el Concierto en la menor de Dvořák, que Ferenc Fricsay dirige a la Orquesta de la RIAS de Berlín. Además, grabó para EMI las Sonatas y Partitas de Bach, en una versión todavía muy considerada. También realizó música de cámara, como algunos de los tríos de Beethoven o el “Dumky” de Dvořák, junto a Istvan Hajdu y Paul Szabo. Pero su salud empeoró y murió de cáncer en la localidad de Glarus, en Suiza.

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Johanna Martzy grabó en pocos años gran parte del repertorio para violín. Conciertos, sonatas y música de cámara. Su vibrato era intenso y allí donde mejor se encontraba era en el repertorio romántico. Su Tchaikovsky es espléndido, però es en el Concierto de Dvořák donde da mas de si, con una impecable y preciosa versión. La obra en sus manos adquiere una grandeza enorme.

De la música de Bach que grabó, seleccionamos su grabación de la primera de las Sonatas para violín solo. Johanna Martzy tocaba con un violín Carlo Bergonzi.