Adila Fachiri y Jelly d’Arányi

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Las siguientes violinistas de nuestra serie son las hermanas Adila Fachiri (1886-1962) y Jelly d’Arányi (1893-1966). Nacidas en Budapest, las dos fueron discípulas predilectas de Jeno Hubay. Estudiaron en la Real Academia de Budapest. Ambas eran sobrinas del célebre violinista Josef Joachim. Adila también fue discípula de éste en Berlín y Joachim le legó uno de los dos violines Stradivarius que poseía. Adila se casó con el abogado inglés Alexander Fachiri en el año 1915. La violinista ya había realizado diversos conciertos en 1924, tocando en ciudades de Hungría, Austria, Alemania, Italia, Francia y los Paises Bajos, y participando frecuentemente también en la oferta de conciertos de Londres. El compositor británico Arthur Somervell le dedicó su concierto para violín.

Jelly fue aún más conocida. Tuvo una estrecha relación con Béla Bartók, que le dedicaría sus sonatas y que juntos estrenarían en Londres (en marzo de 1922 y mayo de 1923). Bartók era un excelente pianista. Otro gran compositor, Maurice Ravel, le dedicará su famosa Tzigane, que interpretó en numerosas ocasiones. Jelly, además, hizo trío nada menos que con Pau Casals y el pianista australiano Frederik S. Kelly. También formó grupo de cámara con Gaspar Cassadó, otro gran chelista catalán, y la pianista británica Mira Hess. Conmovedora es su versión del Trio nº 1 de Brahms, que podemos escuchar gracias a una lograda recuperación. Por último, Vaughan Williams le dedicó también su Concerto académico. Ambas hermanas estrenaron en Londres el Concierto para dos violines de Gustav Holst, autor de Los Planetas. Y Jelly d’Aranyi fundó un cuarteto de cuerda que llevaba su nombre y que alcanzó una fama notòria.

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Casals en 1911 con las hermanas Adila (a su izquierda) y Jelly (sentada en el suelo)

EL CONCIERTO DE SCHUMANN
Un hecho realmente insólito y detectivesco es el que se explica en la biografía de ambas violinistas. Resulta que en marzo de 1933 las dos hermanas participaron en una sesión de espiritismo en Londres. En aquella sesión se oyeron las voces de Robert Schumann y de su difunto tío-abuelo Joseph Joachim. Las voces abogaban por el estreno del Concierto para violin en re menor del primero, inédito hasta ese momento. Verdad o no, lo cierto es que el hecho fue determinante para estrenar una obra que había quedado en el cajón de los olvidos. Sin embargo, hay que decir que se trata de una partitura muy desigual, rara, debido al crítico estado psicológico del compositor. Para el estreno se pensó primero en Yehudi Menuhin, pero no pudo en ese momento por su condición de judío en un país, Alemania, en el que el nazismo de dejaba de crecer. Sería finalmente el violinista alemán Georg Kulenkampff quien lo estrenaría en Berlín, en 1937, bajo la direcció del director de orquesta Karl Böhm. Kulenkampff era también un gran violinista, que posteriormente huiría del nazismo para instalarse en Suiza en 1943. Jelly d’Aranyi lo estrenó en Londres el 16 de febrero de 1938.

Jelly d'Aranyi 2

Jelly d’Arányi

LAS GRABACIONES
Tanto Adila como Jelly recogieron el espíritu compositivo de su gran maestro, Jeno Hubay, interpretando muchas de sus obras. Hubay había desarrollado una técnica “zíngara” propia, con la que ambas hermanas conseguían transmitir un mensaje auténtico, muy violinístico. Se conservan un buen número de registros, pero prácticamente todos son de las décadas de 1920 y 1930. Son grabaciones de baja calidad sonora, pero lo único que se puede mostrar. Aún y así, he decidido incluir alguna en este artículo, ya que me parecen versiones verdaderamente conmovedoras y muy personales. Solo ruego que se escuchen con paciencia, intentando imaginar cual podría haber sido el sonido real. A falta de versiones mejores he optado por poner éstas cuatro pero solo como documento. Espero que se entienda bien. No he encontrado registros mejores y quiero aclarar que ésta hechas en los años 20 que naturalmente no hace justicia a lo que era la realidad. Entiendo que para los que las escuchen puedan tener una decepción y  me ha sabido muy mal no entontrar grabaciones mejores. ¿Igual hay alguna? Agradecería mucho que alguien me lo notificara. Tenía previsto poner Tzigane de Ravel, pero al final lo he descartado. Aclaro también que si la misma interpretación que oímos se hubiera realizado con mayor calidad, el efecto sería otro, naturalmente. Si las dos violinistas tocaran hoy día, serían igualmente formidables. Bartók, Kodaly, Debussy y tantos otros compositores las admiraron profundamente. ¡Qué lástima! Las violinistas que vienen a partir de ahora, unas veinte, tienen ya registros mucho mejores, en cuanto a la calidad de sonido. Espero comprensión.