Andrea Amati (1535-1611)
No cabe duda de que Andrea Amati fue el gran personaje de un movimiento único e irrepetible. Fue el fundador y el gran impulsor de la Escuela de Cremona. Andrea era un hombre rico y de familia milenaria. No hay acuerdo sobre su fecha de nacimiento, ni sobre su muerte. Yo me he inclinado por la fechas que indica el profesor Arnaldo Bonaventura en el libro Storia del violino, publicado en 1906 por Editorial Hoepli.
Andrea Amati era fundador de la gloriosa dinastia de constructores cuyo trabajo fue determinante en la aventura que comenzaba. Fueron sus hijos: Antonio (1550?-1638) y Girolamo (1561-1630). De un hijo de Girolamo, destacaría Nicola (1596-1684), que sería el
maestro de Antonio Stradivari. Otro Amati importante fue Girolamo, también hijo de Girolamo (1649?-1740).

Andrea Amati
La vida de Andrea Amati
Parece ser que Andrea Amati aprendió el oficio de luthier con un constructor de violas llamado Marco del Busseto. Andrea, que quería un estilo propio y distinto al de su
colega Gasparo da Saló, tenía sumo cuidado en la elección de la madera. Para la tapa armónica utilizaba una madera especial que extraía de un pino rojizo llamado pirea excelsa. Viajaba por los montes de los Balcanes donde se encontraba un arce muy apropiado para la tapa trasera y los aros debido a un maravilloso flameado. También viajaba a Venecia donde se encontraba una madera que los venecianos utilizaban para los remos de sus galeras. Ésta venía de Bosnia. En la misma Venecia se procuraba materias primas para la elaboración de barnices. También un ámbar amarillo procedente del Mar Báltico. De la India oriental llegaban las lacas in tavolette y la sandraca, del norte de África.
Andrea, con la obsesión de disponer del mejor material, caminaba incansablemente por los bosques alpinos de la parte meridional, buscando tipos de plantas diversos o incluso con un mazo de madera para comprobar la resonancia de un árbol. El quería la máxima dulzura y morbidez del instrumento, que fue una característica de los Amati. Sus
violines marcarían el camino a seguir. Fue en el año 1560 cuando recibe un importantísimo pedido por parte del rey de Francia, Carlos IX, que comprendía un total de 38 instrumentos: 24 violines, 6 violas y 8 violonchelos. Momento a partir del cual su nombre se conoció por toda Europa.

Andrea Amati
Antonio y Girolamo Amati
Andrea murió en 1580 y la actividad paterna fue seguida por sus hijos Antonio y Girolamo, que primero firmaban juntos sus violines y luego por separado. Fue Girolamo
más hábil ya que mejoró el modelo paterno e intentó aumentar la sonoridad. Girolamo tuvo varios hijos de los que destacó especialmente uno de ellos. Fue providencial. Se llamaba Nicola.
Nicola Amati (1596-1684)
En un principio seguía las normas del padre y de su tío. Pero al nacer la sonata instrumental, parece que los violinistas pedían algo distinto, sobre todo en potencia
sonora. La morbidez y la dulzura estaba ya lograda pero el nuevo estilo concertante requería un sonido mas brillante, que se oyera entre los distintos grupos orquestales. Los bajos más robustos y las notas agudas más brillantes. Nacieron así lo que se llama “los grandes Amati”, una obra maestra que construyó en los últimos 20 años de su vida. La elección de las maderas es bellísima, así como su barniz claro, transparente, de una
gran luminosidad, que ha conservado a lo largo de los años. Si los violines de Andrea Amati eran como un punto de partida, los de Nicola marcaron lo que sería el período de oro. Varios e importantes fueron los discípulos que tuvo Nicola: Giovanni Battista Rogeri, Paolo Grancino -que más tarde se trasladó a Milán- y Francesco Ruggieri. Pero los más célebres fueron Andrea Guarneri -que fue abuelo de Giuseppe Guarneri del Gesú- y Antonio Stradivari, que ingresó en su taller cuando aún era niño. La influencia de Nicola Amati sobre Stradivari fue determinante.

Nicola Amati
En el taller de Nicola también merece destacarse Andrea Guarneri (1626-1698), fundador de una de las dinastías más prestigiosas.
Francesco Ruggieri i Giovanni Battista Rogeri
Ambos discípulos de Antonio y Nicola Amati, fueron dos extraordinarios constructores. Sus violines son muy buscados en el día de hoy por sus cualidades concertísticas.
Francesco Ruggieri (1645-1700) fundó su taller en Cremona en la contrada dei Coltellai (lugar dei liutai). Comenzó imitando la forma de los grandes Amati, però con las “ff” algo más cortas de las de su maestro. Su excelente barniz tiene varias gradaciones, entre el amarillo y el rojo. Son además instrumentos fuertes, excelentes para conciertos. El compositor Luis Spohr aconsejaba siempre a los solistas violines de este luthier que apreciava enormemente. Tuvo dos hijos Giacinto y Vincenzo, ambos haciendo honor al padre por su gran maestría.

Francesco Ruggieri
Giovanni Battista Rogeri, otro gran liutaio que parece que era primo del anterior. Trabajó en Brescia, de 1700 a 1725, y provenía de la saga Amati como se ha dicho. Sus instrumentos son también de gran calidad, no inferior a la de Francesco. Un hijo o primo suyo, Pietro Giacomo, trabajó en su taller que además realizó violonchelos de gran calidad.