Una artista enorme fue la británica Isolde Menges. Su calidad es excepcional. Las versiones que realiza de las sonatas de Beethoven y Brahms son toda una referencia. Unas grabaciones lo suficientemente correctas para comprobar su gran clase.
Isolde Menges tuvo a dos grandísimos maestros: Leopold Auer y Karl Flesch. Era hija de Georg Menges, natural de Alemania. Ella nació en Sussex (Inglaterra). Hizo muchos conciertos como solista. También con el cuarteto que llevaba su nombre y que fundó en 1931. Su manera de interpretar es perfecta. Un gusto exquisito, profundo y austero, en las versiones modélicas que realiza tanto en Beethoven como en Brahms. Y su sonido, sin duda mucho mejor de lo que se escucha, es para mi un referente. Sobrio, elegante y con un vibrato bellísimo. Con gran ilusión he escuchado varias de sus sonatas.
Tocó en muchas ciudades de Europa, Canadá o los Estados Unidos. Fue dirigida por batutas eminentes como las de Bruno Walter, Henry J. Wood o la del compositor Ernst Bloch, con el que en 1916 interpretó el Concierto para violín y orquesta de Brahms y la Sinfonía Española de Lalo. Las sonatas de Beethoven y de Brahms cuentan con dos pianistas excepcionales en la parte pianística. El inglés Harold Samuel para Brahms y el belga Arthur de Greff para Beethoven. Isolde Menges tocaba con un violín de Giuseppe Guarneri del año 1714.

Isolde Menges, retratada por James Penniston Barraclough (1891–1942)