Josef Lhévinne es otro de los grandes pianistas rusos. Fue discípulo de Vasili Sofanov y a su vez de Leschtizky. A su lado, es necesario hablar de su esposa, Rosina Lhévinne, ya que también fue una pianista extraordinaria. Ambos estudiaron en el Conservatorio de Moscú. Joseph se presentó en público cuando tenía 14 años, interpretando el Concierto Emperador de Beethoven, que dirigía Anton Rubinstein. Lhévinne era, además, compañero de estudios de Rachmaninov y de Scriabin. En 1892 conseguiría la Medalla de Oro.
La que sería su esposa, Rosina, se apedillaba Bessie y provenía de una familia de joyeros holandeses judíos que se trasladaron a Moscú entre los años 1881 y 1882. Tenía cinco años menos que Joseph y fue también discípula de Sofanov que, sin embargo, al enfermar, éste le recomendó de seguir con Joseph el que sería su esposo. Rosina también obtuvo la Medalla de Oro del Conservatorio en 1898. La joven pianista estaba ya preparada para ejercer la carrera de solista, pero cuando se casó con Joseph finalmente renunció a sus ambiciones y decidió permanecer al lado de su marido y dedicarse a la enseñanza y a la interpretación en dos pianos junto a su marido, con la reducción de la parte orquestal. Este voto lo respetó hasta la muerte de su marido en 1944. Más adelante contaré su enorme labor como maestra de piano.
El joven matrimonio vivió en Tbilisi, Georgia y luego en Berlín para después emigrar a Nueva York y trabajar juntos en la Juilliard School. Joseph, sin embargo, seguía con su carrera concertística. Era un personaje muy admirado y de caràcter más bien retraído. Le apasionaba la astronomía le gustaba dar recitales al aire libre y de noche. Era muy selecto y un gran técnico. Basta escuchar el estudio de terceras o el de octavas en si menor de Chopin como ejemplo de una técnica perfecta y depurada. También destacaba su legato quasi glissando, efecto que impresionaba a cualquier gran pianista que lo escuchara. Y su cantabile hermosísimo, que tanto influyó en las generaciones posteriores. Lhévinne era ya un pianista perfecto. Rosina Lhévinne vivió en cambio muchos años. Murió a los 96 años y sustituyó a su marido en la Juilliard desde el momento en que murió. Por internet podemos contemplar alguna de sus clases.