Giuseppe Tartini (1692-1770)
Otro grande de la gran historia violinística de Italia. Tartini fue un hombre exuberante, lleno de fantasía y abierto a las más excitantes manifestaciones. Nació en Pirano (Trieste). Tras una juventud aventurera, se dedicó al violín. En Asís recibió lecciones de violín y composición del bohemio Bohuslav Cernohorski (1684-1742), que era fundador de la escuela de violín bohemia y maestro de Gluck. En 1716 se hallaba en Venecia invitado por el elector de Sassonia y tocó junto a Veracini, de quien recibió valiosos consejos. En 1721 es nombrado primer violín de la Orquesta del Santo en Padua, lugar en el que permaneció de por vida, salvo largas giras de conciertos. De 1723 a 1726 se trasladará a Praga, en ocasión de la coronación de Carlo VI. De nuevo en Italia, se instala en Padua, donde vivirá un tiempo. Tenía una renombrada escuela de violín, que fundó en 1728, donde además de la enseñanza musical también se impartían estudios sobre técnica y acústica. Por otra parte, escribió obras didácticas de gran importancia como L’arte dell’Arco, donde explora una Gavotta de Corelli en 50 variaciones. Un tratado
curiosísimo es el llamado Trattato delle appoggiature ascendenti e discendenti per il violino come pure il trillo, tremolo, mordente ed altro con dichiarazione delle cadenze naturali e composte. Otro tratado, que interesó vivamente en Francia, fue el publicado en 1754 con el título de Trattato di musica secondo la vera scienza dell’armonia, que daría origen a una gran polémica.
Sobre Tartini se explica que al componer se inspiraba leyendo poesía, especialmente de Petrarca, Metastasio y Tasso. Los títulos de muchas de sus obras, especialmente las sonatas, los escribía en alfabeto enigmático. También en su famoso Il trillo del diavolo confirma un sentir poético e impresionable. Tartini siempre decía que lo mas fundamental para tocar el violín es “hacerlo cantar”. Entre sus sonatas para violín destacan las tituladas Didone abbandonata, Imperator e Il trillo del diavolo, famosa por sus leyendas. Esta obra inspiradisima, que inicia con su hermoso tema, es también un excelente ejercicio sobre el trino, trabajando ya sea su rapidez o como pedal en largas notas. Abundan las dobles notas, poco abundantes en aquellos tiempos. Sin embargo lo que destaca especialmente es su atmósfera personal, única y que convierten esta obra en uno de los mejores ejemplos del barroco. El catálogo de Tartini es muy amplio: alrededor de 140 conciertos para violín, 50 tríos, sonatas, concerti grossi y numerosas piezas que se conservan en el archivo de la Capilla del Santo en Padua.

El somni de Tartini, de Louis-Léopold Boilly (1824)
Felice Giardini (1716-1796)
Nació en Turín. Fue alumno de Somis y violinista de la Opera de Roma, con tan solo 12 años. Virtuoso de gran fuerza, tuvo una vida muy agitada. Actuó en Roma y Nápoles, y también en Alemania, Francia y Rusia. Giardini destacaba por una ornamentación, a veces exagerada, pero gustaba por su temperamento. En Londres cosechaba grandes éxitos como violinista y como director, al frente de la Opera Italiana. En 1793 se estableció en Rusia y fundó una compañía operística como empresario, pero murió en la miseria. Giardini dejó escritas cuatro óperas, música escénica, sonatas para violín solo, tríos para violín, viola y violonchelo; y cuartetos de cuerda.
Pietro Nardini (1722-1793 )
Fue el mas célebre discípulo de Tartini y se formó en su famosa Escuela. Era toscano, de Fibiana, y murió en Florencia. Su técnica violinística fue apreciada por Leopold Mozart y por sus contemporáneos. Destacaba por un sonido dulce y expresivo. Fue violinista de la corte de Stuttgart y luego director de música de la corte del duque de la Toscana. Fue también un notable compositor y a él se deben seis conciertos para violin (su concierto en mi menor fue publicado por Hauser), seis sonatas, seis duos para violín, seis tríos con flauta y seis cuartetos de cuerda. Curioso que Nardini compusiera todas sus series de seis en seis.
Gaetano Pugnani (1731-1798)
Discípulo de Giovanni Battista Somis, que a su vez había sido discípulo de Corelli. Pugnani, por su parte, fue el maestro del gran Viotti, fundador de la escuela moderna de violín. Además dio conciertos en Francia, Holanda e Inglaterra. En 1770 sería el primer violín de la Real Capilla de Turín y en 1776, Director General de la Música. En su carrera concertística utilizó un violín de Guarneri del Gesú del año 1734. Entre sus obras, destacan nueve óperas, doce sinfonías, nueve conciertos de violín, además de sonatas, duos, tríos y cuartetos. Pugnani es muy conocido sobre todo por la famosa pieza de Fritz Kreisler titulada Preludio y Allegro, donde aparece el nombre de Pugnani, sin que éste no tuviera nada que ver con la pieza. Kreisler tenía por costumbre que tras su nombre apareciera el de algún otro autor conocido, argumentando que el tema o algun motivo de su pieza era recogida del misterioso compositor.