Antonio Stradivari, su vida

El legendario constructor fue quien llevó a la cúspide el arte de la construcción de violines. El año de su nacimiento es algo incierto pero se sabe que murió en 1737, a los 95 años. Como ya se ha dicho, Cremona durante el siglo XVII atravesó por momentos terribles en toda la Lombardía. Entre 1628 y 1629 hubieron guerras, saqueos…, con los “contadini” huyendo o mendicando por las ciudades ante la espantosa carencia de alimentos. Luego la peste, una epidemia donde el olor a quemado se olía por las calles por la incineración de los cadáveres. Parecía el fin de la ciudad, antes tan rica y floreciente. Nicola Amati, maestro de Stradivari perdía dos de sus hijos. Era en 1630 y faltaba poco para que naciera Antonio Stradivari. Poco se sabe de su padre, Alessandro, ya que hay una confusión con otro posible Alessandro Stradivari. Lo que es cierto es que Antonio, con solo 12 años, entró en el taller de Nicola Amati. Amati era además rico. Se distinguía como benefactor y fueron muchos los discípulos que enseñó gratuitamente. Se hacía ayudar en su trabajo por los jóvenes principiantes, especialmente durante los últimos años de su vida. Años después se encontraron diversos violines con una etiqueta que se lee “Sotto la disciplina di Nicola Amati”. Es evidente que Nicola Amati ejerció una fuerte influencia sobre el joven Antonio Stradivari. Se cuenta que, los domingos, Nicola se reunía en la catedral con otros colegas suyos, donde se organizaban conciertos en la iglesia y se probaban los violines más recientes.

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Monumento a Stradivari, en Cremona

Sus primeros instrumentos, que hizo bajo la supervisión de su maestro, llevan la siguiente etiqueta: “Antonius Stradivarius Cremonensis Alumnus Nicolaij Amati Faciebat Anno 1666”. Es necesario recordar que el arte de construir violines floreció primero en Brescia y luego en Cremona durante unos dos siglos. Stradivari tuvo conocimiento de los resultados más relevantes de ambos lugares, aplicando de manera lenta pero segura su instinto de gran artesano. También era visitado frecuentemente en su taller, como por ejemplo J. B. Volumier, enviado del rey de Polonia y que en 1715 permaneció en Cremona hasta que los instrumentos encargados fueron terminados.

stradivari 1666

 

La obra de Stradivari

Se divide en tres períodos: el primero va hasta 1686 y su obra recibe la influencia de su maestro Nicola Amati. Reciben el nombre de amatizzati pero también se advierten pequeños cambios como la “chiocciola” de una slanciata arditezza. Poco después de contraer matrimonio, Stradivari hizo esfuerzos para tener casa propia y en 1680 compra un edificio de dos pisos en el barrio conocido como el barrio de los liutai, situado en la piazza di San Domenico. En la parte baja se encontraba una gran bodega que Stradivari adoptó como laboratorio. La casa era muy espaciosa y en la parte alta, donde había el tejado, colocaba los instrumentos que iba produciendo con la finalidad de que se secara el todavía fresco barnizado. Cuando muere Nicola Amati, Stradivari ocupó un primer lugar que nadie discutió. El banquero veneciano Michele Monzi le encargará un quinteto compuesto de dos violines, una viola, un violonchelo pequeño y otro grande, instrumentos que iban destinados al duque de York, hermano del rey de Inglaterra. Eran instrumentos maravillosamente  adornados.

Antonio Stradivari in his workshop (Photo by: Leemage/UIG via Getty Images)

Taller d’Antonio Stradivari

Su segundo período va de 1686 a 1694. Stradivari amplifica el formato. Las curvas de los aros son especialmente ardite y las f son son menos rígidas que las del primer período. Hacia 1693 se inspirará en la Escuela Bresciana y creará un model más alargado. A partir de 1700 entraremos en el tercer período, considerado como el periodo de oro. La elección de la madera era primordial. La figura de Stradivari en los bosques era habitual. Para la tapa armónica utilizaba un abeto de los Dolomitas llamado picea excelsa y para la tapa trasera (fondo) utilizaba un arce proveniente de los Balcanes – acer pseudo platanus – más rígido y ligero, así como más rápido al sonido. Este arce tenia además una venatura muy decorativa y luminosa que podemos admirar en sus maravillosos violines.

Stradivari se alejará poco a poco de la personalidad de Nicola Amati y hasta 1720 construirá incomparables instrumentos. El barniz amarillo dorado es recubierto de un rojo claro que con el paso de los años se volvió un poco brunâtre. La substancia empleada para la preparación de los barnices tenia que ser, además de consistente, impermeable, insoluble, lúcida, dura y resistente, además de armónica con la finalidad de produir una acertada influencia en el sonido. El cèlebre barniz de Cremona – hoy todavía todo un misterio – era aplicado en diverses etapas a partir de la primera que era la preparación,  una mano de aceite de lino. Esta preparación impermealizaba la madera, que mantenía el barniz colorado su transparencia. Igual que hizo Andrea Amati, también Stradivari se nutría de resinas y substancias procedentes de Venecia como un especial aceite de trementina y bálsamos resinosos. También el interior del instrumento ofrece un trabajo muy calculado para conseguir una bella ejecución. Así como el espesor de las maderas, que tienen una relación precisa e impecable que permiten un sonido fuerte y vibrante. Stradivari tenía la obsesión de logar un barniz resistente que acompañase el largo viaje que emprendía el instrumento.

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‘El Mesías’, el Stradivarius más famoso del mundo

Los violines de Stradivarius en su mayoría están perfectamente localizados. La mayoría tienen el nombre generalmente del violinista que lo utilizó por primera vez. Y además, muchos de ellos por su factura extraordinaria, tienen un apodo que ha quedado en la historia. El más conocido sería El Mesías (1709) para seguir luego con los Ernst (1709), Toscano (1690), Betts (1704), Davidoff (1708), Dancla (1711), Hercule (1732), Il canto del cygne (1737) etc…

Y lo más maravilloso es que después de tantos años – más de 300 – estos instrumentos son los que escuchamos constantemente. Los 20 o 30 violinistas más importantes del momento siguen con sus violines preferidos que casi siempre serán los Stradivari o los Guarneri del Gesú, que comentaremos en el próximo capítulo.

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The Sleeping Beauty (La bella durmiente) de Stradivarius

 

Los Amati

Andrea Amati (1535-1611)
No cabe duda de que Andrea Amati fue el gran personaje de un movimiento único e irrepetible. Fue el fundador y el gran impulsor de la Escuela de Cremona. Andrea era un hombre rico y de familia milenaria. No hay acuerdo sobre su fecha de nacimiento, ni sobre su muerte. Yo me he inclinado por la fechas que indica el profesor Arnaldo Bonaventura en el libro Storia del violino, publicado en 1906 por Editorial Hoepli.

Andrea Amati era fundador de la gloriosa dinastia de constructores cuyo trabajo fue determinante en la aventura que comenzaba. Fueron sus hijos: Antonio (1550?-1638) y Girolamo (1561-1630). De un hijo de Girolamo, destacaría Nicola (1596-1684), que sería el
maestro de Antonio Stradivari. Otro Amati importante fue Girolamo, también hijo de Girolamo (1649?-1740).

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Andrea Amati

La vida de Andrea Amati
Parece ser que Andrea Amati aprendió el oficio de luthier con un constructor de violas llamado Marco del Busseto. Andrea, que quería un estilo propio y distinto al de su
colega Gasparo da Saló, tenía sumo cuidado en la elección de la madera. Para la tapa armónica utilizaba una madera especial que extraía de un pino rojizo llamado pirea excelsa. Viajaba por los montes de los Balcanes donde se encontraba un arce muy apropiado para la tapa trasera y los aros debido a un maravilloso flameado. También viajaba a Venecia donde se encontraba una madera que los venecianos utilizaban para los remos de sus galeras. Ésta venía de Bosnia. En la misma Venecia se procuraba materias primas para la elaboración de barnices. También un ámbar amarillo procedente del Mar Báltico. De la India oriental llegaban las lacas in tavolette y la sandraca, del norte de África.

Andrea, con la obsesión de disponer del mejor material, caminaba incansablemente por los bosques alpinos de la parte meridional, buscando tipos de plantas diversos o incluso con un mazo de madera para comprobar la resonancia de un árbol. El quería la máxima dulzura y morbidez del instrumento, que fue una característica de los Amati. Sus
violines marcarían el camino a seguir. Fue en el año 1560 cuando recibe un importantísimo pedido por parte del rey de Francia, Carlos IX, que comprendía un total de 38 instrumentos: 24 violines, 6 violas y 8 violonchelos. Momento a partir del cual su nombre se conoció por toda Europa.

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Andrea Amati

Antonio y Girolamo Amati
Andrea murió en 1580 y la actividad paterna fue seguida por sus hijos Antonio y Girolamo, que primero firmaban juntos sus violines y luego por separado. Fue Girolamo
más hábil ya que mejoró el modelo paterno e intentó aumentar la sonoridad. Girolamo tuvo varios hijos de los que destacó especialmente uno de ellos. Fue providencial. Se llamaba Nicola.

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Nicola Amati (1596-1684)
En un principio seguía las normas del padre y de su tío. Pero al nacer la sonata instrumental, parece que los violinistas pedían algo distinto, sobre todo en potencia
sonora. La morbidez y la dulzura estaba ya lograda pero el nuevo estilo concertante requería un sonido mas brillante, que se oyera entre los distintos grupos orquestales. Los bajos más robustos y las notas agudas más brillantes. Nacieron así lo que se llama “los grandes Amati”, una obra maestra que construyó en los últimos 20 años de su vida. La elección de las maderas es bellísima, así como su barniz claro, transparente, de una
gran luminosidad, que ha conservado a lo largo de los años. Si los violines de Andrea Amati eran como un punto de partida, los de Nicola marcaron lo que sería el período de oro. Varios e importantes fueron los discípulos que tuvo Nicola: Giovanni Battista Rogeri, Paolo Grancino -que más tarde se trasladó a Milán- y Francesco Ruggieri. Pero los más célebres fueron Andrea Guarneri -que fue abuelo de Giuseppe Guarneri del Gesú- y Antonio Stradivari, que ingresó en su taller cuando aún era niño. La influencia de Nicola Amati sobre Stradivari fue determinante.

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Nicola Amati

En el taller de Nicola también merece destacarse Andrea Guarneri (1626-1698), fundador de una de las dinastías más prestigiosas.

Francesco Ruggieri i Giovanni Battista Rogeri

Ambos discípulos de Antonio y Nicola Amati, fueron dos extraordinarios constructores. Sus violines son muy buscados en el día de hoy por sus cualidades concertísticas.

Francesco Ruggieri (1645-1700) fundó su taller en Cremona en la contrada dei Coltellai (lugar dei liutai). Comenzó imitando la forma de los grandes Amati, però con las “ff” algo más cortas de las de su maestro. Su excelente barniz tiene varias gradaciones, entre el amarillo y el rojo. Son además instrumentos fuertes, excelentes para conciertos. El compositor Luis Spohr aconsejaba siempre a los solistas violines de este luthier que apreciava enormemente. Tuvo dos hijos Giacinto y Vincenzo, ambos haciendo honor al padre por su gran maestría.

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Francesco Ruggieri

Giovanni Battista Rogeri, otro gran liutaio que parece que era primo del anterior. Trabajó en Brescia, de 1700 a 1725, y provenía de la saga Amati como se ha dicho. Sus instrumentos son también de gran calidad, no inferior a la de Francesco. Un hijo o primo suyo, Pietro Giacomo, trabajó en su taller que además realizó violonchelos de gran calidad.