Luise Adolpha Le Beau (1850-1927)

08 Luise Adolpha Le Beau 1872.jpg

Considerada por el rotativo Berliner Neueste Nachrichten como “la compositora más talentosa de su tiempo”. Esta pianista y compositora alemana nació en la ciudad de Rastatt, en el ducado de Baden. Su padre era militar pero también un buen músico. Fue el quien ilustró a su hija ya de muy pequeña. A los 8 años, Luise compuso su primera pieza y enseguida estudio con musicos locales canto, piano y composición. A los 18 años hará su debut con la Baden Court Orchestra, interpretando el Concierto en sol menor de Mendelssohn. Luego seguiría una larga carrera como pianista y también como compositora, permitiéndole entrar en contacto con grandes figuras del siglo XIX, como Franz Liszt o Johannes Brahms.

Su vida se desarrolló en tres etapas: Múnich, Berlín y Baden-Baden. En Múnich fue aceptada por el profesor Josef Rheinberger. Allí estuvo más de 10 años y compuso varias de sus mejores partituras. Ademas creará un Curso Privado de Piano y Teoría para hijas de gente culta. La siguiente ciudad donde vivió fue en Berlín, donde residió entre 1890 y 1893. Fue un período bastante duro. No le fue fácil acceder a un rango académico como compositora ni como profesora, dentro del sistema prusiano, basado en ideas muy rígidas. Finalmente, se establecerá en Baden-Baden. Allí participará activamente en conciertos de cámara, formando su propio círculo. Obras como Ruth, Hadumoth o su poema sinfónico Hohenbaden se interpretarán con frecuencia. En 1896, morirían sus padres, lo que significaría un duro contratiempo.

Su catalogo contiene lieder, corales, oratorios, obras para piano, sonatas, tríos, cuartetos e incluso ópera.




Augusta Holmès (1847-1903)

Sorprendente compositora de origen irlandés, però nacida y afincada en París. Niña prodigio actuaba en publico con tan solo 5 años, ofreciendo pequeños recitales con algunas obritas suyas. Era hija del capitán Dalkeith Holmes, que se instaló en Paris en 1820. Era el año 1862 cuando permitió a su hija Augusta editar obras suyas bajo el seudónimo de “Hermann Zenta”. En París estudió con Henri Lambert y fue alumna predilecta de Cesar Franck.

Augusta Holmès fue una mujer temperamental, aunque también romántica e imaginativa. Se convirtió en un revulsivo en la ciudad de París y su obra sinfónica fue acogida con mucho entusiasmo a finales del siglo XIX. Fruto de las enseñanzas con Cesar Franck, destacó con su sinfonia Orlando furioso (1877) y poco más tarde con su obra también sinfónica Los Argonautas (1881), estrenada por la Orquesta Pasdeloup. Después vino un poema sinfónico titulado Irlande, que atrajo la simpatia de éste país. Otra sinfonía patriótica fue Pologne, estrenada en los Conciertos Populares del año 1883. En 1884, publicaría su ciclo de canciones Les sept Ivresses y en 1888 fue muy bien recibida también su ópera Ludus Pro Patria, en los Conciertos del Conservatorio. Sin embargo, ésta sería superada por el éxito de Ode Triomphale, realizada para coro y orquesta, y presentada en la Exposición de París de 1889. Un año más tarde, en 1890 escribirá Hymne a la Paix, para la Exposición de Florencia. Pero todavía quedaba la ópera en cuatro actos La Montagne Noire, que se estrenó con gran éxito en la Gran Opera de Paris el 8 de febrero de 1895.

Augusta Holmès murió en Versalles el 28 de enero de 1903 y al año siguiente se descubrió un monumento a su memoria: una musa llorando representada con una lira.



Elfrida Andrée (1841-1929)

06 Elfrida-Andrée.jpg

Directora, compositora y organista sueca, Elfrida Andrée también fue una acérrima defensora de los derechos de la mujer. Era hija de Andreas Andrée, un médico que amaba profundamente la música. Su hermana Fredericka fue una aclamada cantante de ópera.

Nuestra protagonista se inició en la música de la mano de su padre, pero a los 14 años marchó a Estocolmo para formarse como organista y, en 1857, se convertiría en la primera mujer en obtener el diploma en dicha especialidad. En 1860 estudió composición con el profesor Ludwig Norman y a los 24 años escribiría el Quinteto con piano. En 1869, se interpreta su Primera Sinfonía en Do mayor, y poco más tarde amplia sus estudios compositivos en Copenhage, con Niels Wilhelm Gade. A partir de 1871 iniciará su relación con la Orquesta Sinfónica de Gotemburgo, que interpretó varias de sus obras sinfónicas.

En 1870 fue influída por el filósofo inglés John Stuart Mill, con su lema “la elevación de la mujer”, que se produjo en Suecia. Basta recordar que desde 1841 las mujeres carecían de derechos. Elfrida André escribió tres sinfonías, diversas piezas para piano y órgano, un cuarteto y un quinteto con piano, dos tríos, un cuarteto de cuerda… Su Sinfonía para órgano en si menor, compuesta en 1890, se presentó en el Crystal Palace de Londres y en París.

En la década de 1920, se retiró como organista de la Catedral de Gotemburgo y como directora de la Kungliga Musikaliska Akademien. Elfrida Andrée creó escuela y fue una gran luchadora.



Alice Mary Smith (1839-1884)

05 Alice Mary Smith.jpg

Fue la primera compositora inglesa en escribir una sinfonía. Hizo una importante contribución a la tradición musical austro–alemana. A una temprana edad, tomó lecciones privadas de William Sterndale Bennett y de George Alexander Macfarren. En 1867 fue elegida como Asociada Profesional Femenina por la Royal Philhamonic Society.

Alice era la tercera hija de una familia acomodada. Su padre, Richard Smith, era un rico comerciante de encajes. Tuvo una sólida formación cultural. Ya de pequeña aprendió griego, latín y hebreo, y también tenía un amplio conocimiento de poesía. Alice se casó con Frederick Meadows White, un abogado que se convirtió en juez. Fue un defensor muy activo en las actividades musicales de su esposa. En 1884, Alice fue elegida miembro honoraria de la Real Academia de Música y poco después viajaría al extranjero para intentar recuperarse de la fiebre tifoidea que sufría. Pero moriría ese mismo año.

Su catálogo es amplio y variado. Se mueve dentro de un clasicismo respetuoso y muy sugestivo. Compuso cuatro cuartetos con piano, tres cuartetos de cuerda y una sonata para clarinete y piano (1870). También escribió dos sinfonías, la primera de las cuales, en do menor, compuesta en 1863, cuando tenía 24 años. La segunda, en la tonalidad de la menor, fechada en 1876. También se le conocen dos obras corales con solista: Gisela de Rüdesheim, interpretada en 1865 por la Fitzwilliam Music Society de Cambridge; y The Masque of Pandora (1875). En 1880 escribe varias cantatas para la editora Novello. Una de ellas, Ode to the Passions (1882), se convertiría en su trabajo más ambicioso, estrenado en el Hereford Festival ese mismo año.



Clémence de Grandval (1828-1907)

Nacida como Marie Felicie Clémence de Reiset, y también conocida como Vicomtesse de Grandval, fue una destacada compositora francesa. A temprana edad ya recibió lecciones de composición del compositor y amigo de la familia Friedrich Flotow. Más tarde también de Frédéric Chopin e incluso de Camille Saint-Saëns, durante dos años. Se casó con el Vizconde de Grandval con el que tuvo dos hijas.

03 Clemence de Grandval.png

Clémence obtuvo el Premio Rossini en 1881, junto con su libretista Paul Collin. Otro premio importante fue el Cartier del Conservatorio de París en 1890, por una de sus obras de música de cámara.

Sus primeras composiciones fueron sagradas y fueron ejecutadas en diversas iglesias. Más adelante escribiría cinco óperas, tres sinfonías, obras instrumentales, con especial atención al oboe -del que posee un Concierto en re menor-, pero también piezas para corno inglés y piano.

En 1871 participó de manera activa como compositora y cantante en la Societé Nationale de Musique, junto Camille Saint-Saëns, Cesar Frank y Edouard Lalo. En 1873 el célebre violinista Pablo de Sarasate estrenó en el Grand Hotel de París su obra Fantasía para violín y orquesta.


 

 

Emilie Mayer (1812-1883)

02 Emilie Mayer.jpg

Emilie Mayer fue una compositora y también una escultora alemana del romanticismo. Una mujer singular. En su haber tiene un amplio catalogo que se resume en 8 sinfonías, 15 oberturas de concierto y una  buena cantidad de música de cámara: sonatas para piano, dos trios con piano, seis cuartetos de cuerda, cuatro sonatas para violín y piano, lieder…

Su vida fue muy agitada y llena de contrastes. Era hija de un farmacéutico adinerado que sin embargo decidió quitarse la vida con un tiro de pistola en la cabeza. No pudo soportar la muerte de su mujer, fallecida prematuramente por una enfermedad. Era el año 1840. En 1841 Emilie decidió mudarse a la capital regional de Stettin, en Polonia, donde trabajó composición con Carl Loewe, maestro exigente, que la convirtió en una sólida profesional. En 1848 había escrito ya numerosos lieder, cánticos y obras de cámara. En 1850 dirigió su pròpia orquesta en conciertos celebrados en el Royal Theatre. Luego siguió presentando su música en Colonia, Munich, Lyon, Bruselas y Viena.

Influenciada por el estilo clásico vienés, aunque su música posterior es claramente romántica, compleja y revolucionaria armónicamente.



Louise Farrenc (1804-1875)

Comienzo, por orden de nacimiento, una serie de artículos con un elevado número de compositoras, grandes y olvidadas de las programaciones habituales. La sorpresa seguramente será enorme y al mismo tiempo muy frustrante, ya que un legado compositivo de tanto valor, silenciado solo por una cuestión de genero, deja claro que la
historia ha sido mezquina, falsa y traïdora consigo misma. Para mi es un enorme placer escuchar tanta obra maravillosa, ignorada en los catálogos habituales sobre compositores.

02 Louise_Farrenc.jpg

Este artículo lo protagoniza la compositora francesa Louise Farrenc, nacida en 1804. Ella fue pionera y precusora del renacimiento musical francés durante la segunda mitad del siglo XIX. Farrenc fue también una gran pianista, que ejerció en el Conservatorio de París, formando a intérpretes que luego serían concertistas. Con la colaboración de su marido, Aristide Farrenc hizo una enorme labor, haciendo revivir música del pasado (de los siglos XVII y XVIII), sobretodo ante problemas de estilo a través de sesiones históricas con sus alumnos.

Louise Farrenc tuvo grandes maestros como Ignaz Moscheles y Anton Reicha. Su catalogo compositivo es fundamental: obras para piano en especial los Etudes escritos entre 1825 y 1839 (Aire Russe Variée, de 1836), tres sinfonías terminadas en 1840 y estrenadas en Paris, Copenhagen, Bruselas y Ginebra. En 1844 escribe dos tríos con piano, luego -entre 1848 y 1858- compone dos sonatas para violín y piano, otra para violonchelo, un noneto para viento y cuerdas y un sexteto para piano y viento. Su Noneto es la obra que le llevó a la fama, ya que contó con una celebridad en la parte de violín, como era el violinista Joseph Joachim.

Louise Farrenc recibiría por parte del Instituto de Francia el Premio Chartier, por su contribución a la música de cámara. Fue en los años 1861 y 1869.




Fanny Mendelssohn y Clara Wieck

FANNY MENDELSSOHN
La relación de Fanny con su hermano Felix fue muy estrecha. Ella era cuatro años mayor que él. Ambos hermanos “jugaban” con la música, se intercambiaban partituras, temas y todo tipo de ocurrencias. Pero, más tarde, su situación dio un giro inesperado.

01 Fanny

Hijos de un rico banquero judío, vivían lujosamente en un tipo de sociedad paternalista, que influyó en la familia Mendelssohn. La cuestión es que el joven Felix, en detrimiento de Fanny -por ser mujer-, tuvo un apoyo ilimitado, con viajes continuos y multitud de ocasiones para perfeccionar su arte, dirigiendo y dando conciertos como pianista. Por el contrario, Fanny a los 14 años la obligaron a continuar su futuro como madre y como esposa, siguiendo las normas de su clase social privilegiada. Los conciertos públicos, o la publicación de sus obras, no formaban parte de la actividad femenina. Pero sí que se organizaban veladas en su casa de Berlín, a las que acudían personajes y músicos conocidos. Allí es donde Fanny tenía su campo de acción. Así, a partir de 1820, se celebraron las Sonntagsmusiken.

01 Fanny 2.jpg

Ella dirigía un coro de 20 cantantes y a la Orquesta de la Hofkapelle: oratorios, extractos de óperas, además de interpretar música de cámara o recitales ella sola, con todo tipo de obras, especialmente de Bach, Beethoven y de su hermano Felix. Pero el evento principal de estos conciertos fue la puesta en escena de la Pasión según San Mateo de Bach. La puesta en escena de la Pasión de Bach fue un acto solemne y testimonial, que tuvo lugar en Berlín en 1829, y que reunió jóvenes poetes, filósofos y científicos, además de la presencia de su hermano Félix que tenía con Fanny una relación de admiración recíproca. Félix se movía en la escena pública y Fanny en su reducto privado.

A partir de 1831, Fanny pasó por un gran momento creativo, con la composición de tres cantatas con dos solistas vocales, un coro en cuatro partes, la orquesta con timbales. La obra posteriormente se titularía Oratorio sobre escenas de la Biblia, estructurada en un total de 13 movimientos. Como pianista, Fanny fue extraordinaria. Para la historia ha quedado la proeza de interpretar de memoria, con tan solo 13 años, los 24 preludios de El clave bien temperado, de Johann Sebastian Bach, en una de las audiciones realizadas en su casa de Berlin.

Más adelante Fanny viajaría hasta Italia. En Roma pasaría junto a su marido -el pintor Wilhelm Hensel- los días mas felices de su vida, ya que fue acogida por músicos italianos con gran entusiasmo y admiración.





CLARA WIECK
Bien distintos fueron los inicios de Clara Wieck, la más famosa pianista del romanticismo. Su padre era un conocido pianista y maestro en Leipzig. Se llamaba Friedrick Wieck e hizo de Clara un verdadero prodigio. Con tan solo 5 años, Clara ya tocaba de oído, y su padre la animava a transportar pequeñas obras que improvisaba a partir de temas propios. Comenzó a actuar en público a los 9 años, impactando al propio Goethe, que admiró su capacidad para ejecutar su Scherzo opus 10, con distancias de décimas, una extensión entre notas casi imposible para su corta edad. También destacó el gran escritor la fuerza de sus manos que comparó con “la fuerza de siete jóvenes juntos”. Pero la imagen de Clara Wieck iba acompañada también de cierta tristeza, que le daba aún un conmovedor misticismo romántico.

01 Clara.jpg

Se formó con una gran exigencia, dado el carácter intransigente de su padre. Comenzó a escribir su Concierto para piano y orquesta opus 7 a los 13 años y lo estrenó a los 16, en noviembre de 1835, en la Gewandhaus de Leipzig, con la orquesta que dirigía Mendelssohn, compositor que sentía una gran estima por ella. La obra era como el relato de una joven virtuosa de clara vocación compositiva. Pronto aparecerá también la figura de Robert Schumann, lo que le supuso un cambio de vida substancial.

Schumann se enamoró de ella y entre los dos hubo una correspondencia “secreta”, debido a la oposición de su padre, Friedrick Wieck. Se casaron el 12 de septiembre de 1840. A partir de entonces, su vida fue otra. Nueva residencia y nacimiento de las dos primeras hijas, en 1841 y 1843. Su dedicación a la composición cambió por completo. Schumann influyó en su obra y los lieder pasaron a ser la composición preferente, limitando también a partir de entonces sus actuaciones como concertista. En su diario escribió: “…no practico el piano todo lo que debería, siempre sucede lo mismo cuando Robert está componiendo. ¡En todo el día no me queda ni una sola hora libre para mi! Y también he tenido que renunciar a la lectura de partituras”.

01 Clara i Robert.jpg

Es muy importante que haya elegido estas dos grandes pianistas y compositoras ya que, al estar unidas a dos nombres célebres del romanticismo, aumenta el valor de su empeño creativo. Ellas también serían relegadas al silencio, como ocurrió con todas las demás compositoras que forman un corpus todavía por descubrir.